El movimiento estudiantil colombiano ha estado presente en cada una de las luchas sociales, apoyando y aportando a las causas de las mayorías. Esta fecha mantiene viva la memoria del estudiantado que ha dado su vida en la defensa y construcción de una educación digna.
Uno de los protagonista de la lucha estudiantil en la historia colombiana es sin duda el hoy gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, quien a través del movimiento por la séptima papeleta, un movimiento conformado por estudiantes de las universidades públicas y privadas que perseguían una reforma radical de las costumbres políticas en Colombia y la expedición de una nueva Constitución, más inclusiva y democrática, que se erigiera en un verdadero tratado de paz y en vehículo de reconciliación entre los colombianos, lograron lo impensado.
El Movimiento de la Séptima papeleta fue presidido por un grupo de estudiantes líderes con respaldo de varios demócratas y expresidentes. Lo integraban entre otros Fernando Carrillo, hoy Procurador General, Alfonso Parra, Oscar Ortiz, Cesar Torres, Darío Dangónd Moisés, Claudia López, Fabio Villa, Alejandra Barrios; Ximena Palau, Diego López Medina, Oscar Guardiola, Catalina Botero, Carlos Caicedo entre otros, quienes promovieron la introducción de una papeleta electoral adicional a las seis oficiales, en las elecciones de marzo de 1990, a fin de promover la convocatoria de una Asamblea Constituyente en Colombia.
Caicedo, siendo rector durante 9 años y medio de la Universidad del Magdalena, vio que el estudiantado era el principal respaldo al proceso de refundación y recuperación de la universidad pública en quiebra, saqueada por grupos políticos tradicionales, clientelistas y corruptos. En varias ocasiones y ante diversas circunstancias marcharon de manera numerosa para combatir pacíficamente la amenaza de grupos paramilitares que buscaban tomar el control de la universidad.
“No nos cabe duda que el Movimiento Estudiantil colombiano ha contribuido en las épocas de las grandes transformaciones sociales y en el papel de las ciencias en el diseño de las políticas públicas nacionales desde los inicios del siglo pasado hasta este nuevo siglo”, dijo una vez el hoy Gobernador del Magdalena.
“Es deseable que el paso de los estudiantes por las universidades no solo sea un proceso de movilidad social basado en la transmisión de conocimientos y en la formación para el trabajo, sino que es necesario también que sirva para formar líderes sociales, ciudadanos conscientes y transparentes, agentes del desarrollo y la transformación de nuestra sociedad”, recalcó.
A partir de la trágica fecha del 8 y 9 de junio, se recuerda, empezó a conmemorarse cada año el recuerdo del espíritu combativo del estudiantado colombiano.
LA HISTORIA:
El 8 de junio de 1929, los estudiantes capitalinos decidieron realizar una marcha en la ciudad de Bogotá en memoria de los cientos de trabajadores agrarios asesinados en la madrugada del 6 de diciembre de 1928 en la Plaza del Ferrocarril de Ciénaga y posteriormente en toda la zona bananera.
En 1957, antes del plebiscito, los estudiantes en plena época de la dictadura, dirigieron 11 de las 30 protestas que se dieron en todo el país. En esa época, el papel preponderante del Movimiento Estudiantil era el de actuar en pro de la caída del dictador Rojas Pinilla y defender las instituciones democráticas.
