ColumnistasEspeciales

36.000 FIRMAS RECOGIDAS EN SOLO TRES DÍAS QUE INCOMODARON A LAS ÉLITES DEL MAGDALENA

El fin de semana inmediatamente anterior,  el departamento de Magdalena dio muestras de optimismo y voluntad para generar un cambio que permita abrir caminos de justicia social y equidad.  La campaña de Carlos Caicedo a la Gobernación del Magdalena marcó un paso contundente y mostró la capacidad de articular espacios de diálogo y participación con  la comunidad. 

Por: Alejandro Blanco Zúñiga.

La “mancha naranja”, armada de ideas y argumentos, está compuesta por cientos de hombres y mujeres que de manera voluntaria recorrieron este fin de semana los lugares más recónditos del departamento buscando, por medio  de la recolección de firmas, avalar la candidatura de Caicedo a la Gobernación.

La respuesta y respaldo de la ciudadanía se evidenció por medio del apoyo masivo a los puntos fijos y a la acogida de los caminantes, que casa a casa, fueron recibidos con total cordialidad.  Durante este fin de semana la candidatura de Caicedo generó un hecho político histórico y sin precedentes en el departamento: se recogió más de 36.000 firmas durante el lapso de 3 días.

La  visita, durante este fin de semana, del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, es sin duda alguna una muestra del desespero de las élites por garantizar el triunfo en las urnas de los políticos tradicionales.  Si bien de manera explícita, el motivo de la visita de Uribe no correspondió, en apariencia,  a lógicas electorales, quedó claro que su mensaje  al pueblo samario es que harán hasta lo imposible por retornar al poder que ilegítimamente hoy ostentan. Dicho lo anterior,  no cabe duda alguna que Santa Marta hoy representa la clásica disputa  de las élites  que en razón de aferrase al poder, hacían lo que fuere necesario por mantenerse en las esferas gubernamentales. Antaño, los clanes que ostentaron el poder político durante siglos, gobernaban sin afanes, de forma cómoda y sin contrapeso significativo de casi ninguna índole.

Lo afirmado se puede demostrar con el tipo de gestión que priorizó los intereses de terratenientes y empresarios, que usufructuaron la burocracia y raparon las arcas del Estado, en beneficio de unos pocos.  De igual manera, esta casta política del Magdalena, configuró alianzas oscuras con el objetivo de mantener en silencio las voces críticas que desde la oposición con frecuencia los denunciaban.

Varios miembros de estas castas, allegadas desde la colonia, están condenados o tienen serias investigaciones por sus vínculos con organizaciones paramilitares o delincuenciales, lo que demuestra en últimas que la ilegalidad y la violencia política han sido y serán parte de su quehacer.
Desde hace varios años viene en ascenso en Santa Marta una fuerza alternativa que representa una manera distinta de ver y hacer la política, esta fuerza está constituida por ciudadanos alimentados por la fuerza de la crítica y la acción transformadora. Lo interesante  y relevante es que esta fuerza tiene proyección regional y hasta nacional.

Sin duda alguna, la persecución política de las élites regionales, aupados y cobijados desde el régimen del presidente Duque, en contra de las fuerzas del cambio, despertó la conciencia de un pueblo que lo tiene todo para proyectarse como punta de lanza de las transformaciones sociales en la región Caribe colombiana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar